sábado, 4 de junio de 2011

UN VOTO A CONCIENCIA

Mañana domingo, cerca de 20 millones de peruanos tendremos la responsabilidad de elegir al Presidente que guiará el timón del país para los próximos cinco años. El resultado no solo afectará nuestro futuro, sino el de nuestros hijos y las personas a las que amamos, así que la tarea es delicada. Esta es una de las segundas vueltas más apretadas de nuestra historia y todo indica que quien gane lo hará por un muy estrecho margen. Algunos analistas políticos, incluso, no desechan la posibilidad de que sea gran parte de los indecisos, que en total son alrededor de dos millones, quienes definirían el resultado decidiendo su voto en la fila o, aún, en la misma cabina de votación. Creo que esa posibilidad es la menos seria, pues es como votar a la loca.
Lo ideal es que todos quienes iremos a sufragar mañana pensemos muy bien nuestro voto. Tomémonos al menos 10 minutos a solas con nuestra conciencia para decidir con calma, con serenidad, tratando de bajar nuestras pasiones.
Analicemos los puntos a favor y en contra de los dos candidatos. Veamos sus planes de gobierno, sus discursos, su pasado y sus promesas. Las preguntas que cada uno debe hacerse son: ¿quién de los dos me inspira más confianza, quién está mejor preparado profesionalmente, quién defenderá y respetará mejor la democracia y la libertad de prensa, quién luchará más contra la corrupción y la delincuencia, quién combatirá más eficazmente la pobreza? También, ¿quiénes componen sus equipos de gobierno, sus planes de gobierno expresan lo que quiero para el país? Dicen que esta es una de las elecciones más feas, debido al rechazo que amplios sectores del país expresan a los dos candidatos.
Pero usando una expresión futbolística, ya estamos en el partido y hay que jugarlo. Si bien en esta campaña presidencial hubo de todo, hagamos que el final sea digno. Esto es: asistir a votar en completa calma, sin ánimo revoltoso y con la firme decisión de respetar el resultado, especialmente si es contrario a nuestros
deseos, pues de eso se trata la democracia.
Que la jornada del domingo sea una fiesta democrática, es lo menos que el Perú se merece”.

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