lunes, 19 de marzo de 2012

LO (NO) IMPORTANTE QUE SOY YO

Cumplir años no tiene mérito, es cuestión de suerte- como afirman muchos- el mérito es de los que nos aguantan, de los que nos acompañan, de los  que están pendientes de nosotros, de los que perdonan nuestras ínfimas miserias, de los que disculpan nuestros errores, de los perseveran en el arduo oficio de querernos.
No parece justo que nos hagan regalos cuando cumplimos años, el mejor y más merecido regalo es que nos sigan queriendo, que comprendan nuestras debilidades, que se alegren cuando nos ayudan y que nos den besos y abrazos que creemos merecer, pero a decir verdad, que no nos engañemos nunca que merecemos del todo. Ya es un regalo estar vivo, gozar de buena salud, escribir este blog, disfrutar de la vida. Comer lo que se nos da la gana ya con todo esto somos afortunados y que luego vengan a darnos regalos solo porque existimos parecería un exceso, un engreimiento.
Somos nosotros quienes deberían dar regalos el día que cumplimos años: primero a Dios por la vida  el don de ser su hijo, luego a nuestros padres si tienen la dicha de tenerlos vivos, gracias a ellos estamos aquí, respirando, fastidiando, pidiendo cada día más y más, ya sea universidad, paseos, fiestas, comodidades, etc. Fueron ellos quienes amándose, queriéndose, permitieron un hecho tan real: la vida, una vida que supo existir sin nosotros y que seguro seguirá existiendo cuando ya no estemos.
No han acostumbrado a que sean otros quienes se acuerden con cariño, afecto, y aprecio el día en que nacimos, nos han hecho de la idea de que siempre nos deben elogios, mas efusiones de afecto más y mejores regalos; nos parece lógico y natural que nos quieran mucho sin que en verdad lo merezcamos. No lo merezco! E incluso nos parece imperdonable que alguien se olvide de nuestros cumpleaños.
No se diga que todos los cumpleaños son iguales y todas las vidas valen lo mismo, es evidente que el mundo comienza cuando uno nació, el día de cumpleaños es un dato fundacional, una fecha que nadie puede olvidar o pasar por alto como si fuera día más. No lo digo yo lo diría cualquiera: que día tan lindo mi cumpleaños es una pena que solo dure un día, debería extenderse un poco más, que bonito es cuando la gente se da cuenta de lo IMPORTANTE QUE SOY.
No deja de sorprenderme cumplir un año más he hecho esmerado tanto para impedirlo pero sin embargo sigo aquí, estoy aquí, hic et nunc (aquí y ahora). Por eso veo mi cumpleaños con estupor y perplejidad porque me parece disparatado seguir respirando cuando me he tratado con bastante saña y no entiendo ni comprendo como tampoco deja de asombrarme que una niña, una mujer divertida y encantadora insiste tercamente en quererme, cuando ella se merece algo mejor, y mejor en todo, que le tenga un tiempo exclusivo para ella, detalles de cariño, ánimo y mucha fortaleza en la lucha de cada día y todas las cosas que se merece por ser mujer y compañera en la vida, ego sum non dignum- yo no soy digno- de este querer. Lo insólito de este cumpleaños no es solo recibir regalos cariño de muestra de afecto sino lo más raro es que a veces la vida te da muchas olas que tenéis que superarlas para llegar a puerto seguro y ahí cada uno aprende a verse con paciencia y compasión.